POR: PATRICIA SOUZA DE BRICEÑO.
REVISTA VOCES DE PROVINCIA \ BLOG III | EN LA VOZ DE
Soy Marista Laica.
Escuche en algún sitio que hay algo delicioso al escribir las palabras de cualquier historia, más nunca pueden decir hacia dónde te llevan. Las mías me llevan a donde pertenezco… Soy una Laica Marista, y agradezco este breve espacio para compartir, desde mi vocación, esta pasión que llevo dentro de mí.
Aproximadamente hace 24 años, tuve la oportunidad de integrarme a una Fraternidad de Laicos del Movimiento Champagnat, me considero una enamorada del Carisma Marista y eso ha significado mucho en mi vida personal, pues para mí ha representado un gran compromiso que me lleva a compartir el Espíritu de Familia, con sencillez y alegría, al servicio de mis semejantes, en especial los niños y jóvenes, a los pobres y necesitados. Dios me ha invitado a vivir la Santidad con un color muy particular, al estilo de María, nuestra Buena Madre.
Ser Laica Marista no ha sido tarea fácil, pues me ha exigido muchos compromisos, en especial el ser congruente en mi respuesta a Dios. Ser Laica Marista es un llamado personal a ser discípulos de Jesús, tomando como modelo a María. Ha sido una experiencia profunda de fe, personal y de manera consciente, plena y corresponsable. Teniendo siempre una disposición al servicio de los demás.
Ver otras realidades me ha ayudado a crecer como persona, dejando la pasividad por la acción, anticipándome a las necesidades de los demás, evangelizando desde mi vida y mis acciones, así mismo aceptando mis limitaciones, pero siempre tratando de sacar lo mejor de mí.
Marcelino ha sido una gran inspiración para mí. ¡Su vida, su obra, su Sí! Y siempre acompañado de María, que nos consuela y nos da su aliento en los momentos más difíciles, así como su compañía a lo largo de nuestra vida.
Agradezco ser parte de este sueño hecho realidad, de sentir ese llamado que me impulsa a vivir, en compañía de mi familia, de mis fraternos y de los Hermanos Maristas, quienes con su testimonio de vida y servicio nos enseñan la importancia de tener una misión en la vida y dar lo mejor de sí mismo.