POR: NANCY DEL S. DURÁN
REVISTA VOCES DE PROVINCIA \ BLOG II | EN LA VOZ DE
Saludo muy fraternalmente a todos y cada uno de ustedes.
Me permito compartir lo que para mí significa el liderazgo desde mi experiencia, tema que no puedo concebir sin la influencia de lo marista en mi vida, porque pude descubrir que no es lo mismo un “líder por función” que un LIDER MARISTA con el estilo y sello marista en su proceder. Empecemos por reconocer que el liderazgo es un don, un regalo que inmerecidamente recibimos de Dios, viene de Él. Entonces un día lo descubres, ahora tienes el compromiso de hacer el mejor uso de ese don y ponerlo al servicio de los demás.
Quiero compartir con toda humildad que siendo niña mi vida escolar no fue fácil, fui lo que hoy se llama TDH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), condición por la cual mi desempeño académico no era sobresaliente, definitivamente mi madre tuvo mucho mérito para que yo saliera adelante. Sin embargo, me daba cuenta de que era popular, que a mis amiguitas les gustaba estar conmigo, nunca estaba sola. También descubrí con los años que desde ese entonces ya era líder.
Siempre he sido creativa, inquieta, incansable (decían) y no me dan miedo los retos. Me sentí siempre realizada con mi profesión de docente, empecé a los 18 años. Fue hasta el año 1997 que llegué con los maristas al Colegio Montejo y a partir del año siguiente fui coordinadora del grado de primaria que se me encargara, así por los siguientes 10 años.
Posteriormente, tuve tres puestos directivos: Coordinación de Preescolar, Coordinación de Primaria y Dirección general del Colegio. Quiero destacar que el éxito en el liderazgo de una persona, no depende de la “trayectoria”, sino del ESTILO con el que se desempeña.
Personalmente, me funcionaron los siguientes aspectos:
Considero tener un estilo de Liderazgo humano, cercano, empático, fraterno, inquieto, innovador, sin miedo a los retos, incansable (dirían de mí algunos) firme, con visión, muy planificador, espiritual, gran y enorme inteligencia emocional.
Un líder conoce al personal, sabe que éste es valioso, es nuestro capital humano, sabe que no hay colaborador perfecto, descubre las fortalezas de cada uno y favorece el potenciarlas, le reconoce en público sus aciertos, el esfuerzo, de esta forma llegará el momento en el que el trabajo en conjunto de todos ellos en la institución, fluya como una sinfónica formada por diferentes instrumentos, los cuales cada uno tiene su propio sonido, pero juntos armonizan grandes melodías. Así son las personas en una institución. Cada uno tiene sus habilidades y fortalezas, el director tiene el deber de descubrirlas, potenciarlas y lograr juntos grandes objetivos.
Otro elemento que me funcionó, fue la fuerte intención de vincular a todos, que se sientan parte de la misma familia, nuestra institución; aún si están en otra sección o departamento, todos somos el mismo colegio. En las actividades y eventos generales nos involucramos todos. Lo resumo como unión y trabajo motivado.
LA COMUNICACIÓN es de vital importancia, tanto la comunicación hacia el exterior, como en el interior de la Institución. Tengo un lema que se hizo familiar entre colaboradores y la comunidad en general “los que tenemos que enterarnos primero de lo que pasa en la casa, somos los que vivimos en la casa”, eso genera seguridad, confianza y también pertenencia. Establecimos canales sólidos de comunicación al interior de la institución, de tal forma que se sientan informados y hasta puedan despejar alguna duda a quien les pregunte, esta práctica favoreció la línea de comunicación no solo de arriba hacia abajo sino de abajo hacia arriba y de manera horizontal.
Esto crea un círculo virtuoso, ya que, al sentirse motivados al trabajo en equipo, unidos, estar enterados de lo que pasa, así como sentirse parte de las acciones y vida del colegio, los miembros de la comunidad viven el sentido de pertenencia que la vinculación y comunicación les da.
Nunca he pretendido ser “todopoderosa”, de hecho, “no tengo que saber hacer todo, pero sí tengo que saber, quién lo sabe hacer”. Sé perfectamente cuál es mi objetivo, tengo claro a dónde voy a llegar, qué quiero y quiénes me pueden ayudar para lograrlo y vamos construyendo juntos. Confiar, delegar. El valor de una comunicación que compromete, que motiva a la corresponsabilidad de saber qué se espera de cada uno, que fortalece la importancia de la persona, reafirma el sentido de pertenencia e identidad a la institución.
Lo cierto es que, en términos de liderazgo no hay una fórmula, lo que hay es la persona, en mi caso, así nada más, soy humana, tan sencillo como eso, soy muy humana y me gusta ponderar las fortalezas de las personas. Creo en el valor de confiar, delegar, formar líderes e innovar, por mencionar algunas características.
Personalmente, pienso que un líder precisa de inteligencia emocional, que le permita sobrellevar con serenidad las situaciones del puesto, sin que éstas le afecten en su persona o lo lleve a tomar decisiones viscerales.
Para terminar por ahora, porque este tema es apasionante y da para mucho más, como mencioné al principio, no puedo separar el concepto de líder o liderazgo, sin pensar en “hacerlo al estilo marista, al estilo de Champagnat,” esto es, un liderazgo espiritual que me recuerde siempre, que los logros obtenidos, no son por méritos propios, sino que éstos vienen con la bendición de Dios. Trabajamos por Él y para Él. Acudamos a Él y pidámosle ser el líder que nuestra comunidad necesita.
Nancy del S. Durán Solís
¡Un fuerte abrazo maestra Nancy! Fue un placer trabajar con usted, Muchas gracias por todo su apoyó y enseñanzas, aplicando siempre un trabajo completo, a tiempo y bien hecho. 💯