POR: HERMANO MANUEL DELGADO CARRILLO, FMS.
VOZ ACTIVA | BLOG I
Un gusto saludar a toda la Comunidad de México Marista, y a cada uno de los Maristas de Champagnat.
La empatía nos ayuda a comprender al otro, nos “ponemos en los zapatos” del otro, y ¿cómo es que logramos comprender al otro, comprender a los demás? ¿cómo logramos sumar los esfuerzos individuales para ser empáticos? ¿de qué manera podemos sentir y conectar con la otra persona? Según Giacomo Rizzolatti, neurólogo, quien descubrió las neuronas espejo en el año de 1996, identificó la existencia de un sistema de neuronas espejo que contribuye a nuestra capacidad de aprendizaje e imitación, y ¿dónde se encuentran las neuronas espejo? Pues nuestras neuronas espejo se localizan en la parte frontal del cerebro de cada persona, y ¿cómo influyen las neuronas espejo en la empatía? Resulta, que nos permite identificar las emociones y sentimientos de los demás, porque lo hemos vivido, y también por la capacidad de “ponernos en los zapatos” del otro, de los demás.
Entonces las neuronas espejo nos sirven para “detectar” como se encuentra una persona, un ser humano, que está frente a nosotros, que acude para ser escuchado, atendido, que lo miro, que lo observo; las neuronas espejo, nos permite empatizar, nos permite conectar, porque son un espejo de cómo se encuentra la otra persona que está frente a nosotros, y como nos “contagiamos” con una mirada, unos ojos que se “tornan brillantes”, que están por derramar una lágrima, incluso por un tono de voz “entrecortado”, parece que la persona que acude por ayuda “nos contagia”, por el efecto de las neuronas espejo, sino se tuvieran las neuronas espejo, no se podría empatizar con el otro, con los demás.
Empatizar nos permite varias cosas, por ejemplo, la persona se siente comprendida, es decir, la empatía favorece el sentimiento de comprensión, ¿qué sucede cuando hay comprensión? Se fortalecen los lazos de las personas, los lazos se estrechan, los vínculos son más profundos. La empatía sirve como una herramienta de gestión de conflictos, para poder reconocer de qué manera se siente, cómo está la otra persona, que emociones tiene en ese momento, ya que es fundamental para ayudar a la otra persona a que baje su nivel de ansiedad frente al conflicto, la comprensión favorece a la empatía, para conocer mejor las necesidades del otro.
Por lo tanto, al conocer las necesidades de los demás, se pueden establecer metas comunes, quiere decir, que se podrá trabajar juntos en una misma dirección; ¿qué significa? Que al conocer las necesidades uno del otro, se podrá acordar y negociar; por ejemplo, cómo queremos trabajar juntos. Las personas profesionales que logran trabajar con empatía, son personas que tienen menos conflictos, llegan a mejores acuerdos, llegan “lejos” cuando se trata de conseguir resultados, porque han sido capaces de “ponerse en el lugar de la otra persona”, cuando un líder dirige un equipo, tiene que hacer y ser su liderazgo con empatía; si el líder no tiene empatía hacia su equipo, su equipo no lo podría seguir, ninguna persona podría seguir las indicaciones que el líder pide que su equipo haga o desarrolle. Entonces, cuando el líder se “pone en el lugar de los demás”, les entiende, les comprende, les respeta; en ese momento las personas siguen a ese líder, porque la empatía es la capacidad que nos conecta a todos.
Para finalizar, otro aspecto de la empatía, es hablar de sensibilidad interpersonal, personas que son sensibles a otras personas; al ponerme “en el lugar del otro”, ser sensible a lo que necesitan, preguntar cómo estás, cómo te sientes, identificar esas emociones que vemos en los demás es una competencia importante. ¿Qué debo hacer para aumentar mi empatía? Primero, “desacelerar”, ir un poco más “despacio”, hablar menos, y escuchar más a las personas; mirar a los ojos, poder sentir cómo siento cuando estoy hablando con la otra persona, y cuando la otra persona me está hablando, qué emociones se mueven dentro de mí, para identificar que emociones me “contagia” a mis neuronas espejo, y estar consciente cómo me siento cuando otras personas están conmigo, bajar mi ritmo, preocuparme y ocuparme más por el otro, preguntarle cómo está, cómo se siente, cómo se encuentra, cómo va todo, es ponerme “más en el lugar” del otro, antes de hacer acuerdos, objetivos y metas comunes. La empatía es la capacidad clave de la inteligencia emocional interpersonal, nos ayuda a conocer al otro, “nos ponemos en su lugar”, y reitero, primero “nos ponemos en su lugar”, “nos ponemos en sus zapatos”, somos sensibles a sus necesidades, para tratar de sentir, lo que la otra persona siente.
“Formar buenos cristianos, y buenos ciudadanos”
(San Marcelino Champagnat).
“La máxima expresión de la empatía, se encuentra en el aceptar sin juzgar”
(Carl Rogers).
Hno. Manuel Delgado Carrillo, fms
Vida Universitaria | Acompañamiento Espiritual | Universidad Marista de Mérida.