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  • Foto del escritorMaristas México Occidental

Gracias, gracias, gracias por reavivar mi fuego.


Avivar la llama, renovar completo el corazón, ser un fuego nuevo para quien se acerca y pide amor. Es hoy la llamada y la puedes escuchar: ser un fiel testigo del amor de Champagnat. Retomar el vuelo, unir el esfuerzo al de otros más, de ser el fermento de un mundo de vida y de paz. Es hoy la llamada que nos hace el corazón: abrir más las puertas compartiendo esta misión.

Ven Hermano, y atrévete a soñar. Siente nuevo el ideal de Champagnat.

Renueva tu fuego hermano, renueva tu amor, aviva tu llama que ilumine y dé calor.

Este canto expresa con fuerza la invitación que nos hizo nuestro retiro provincial. Y con ganas de hacerlo realidad, se conjuntaron muchas personas, que hoy quiero agradecer.

Muy en primer lugar a mis 50 hermanos que nos encontramos de manera presencial y a los 26 hermanos que se hicieron presentes de manera virtual, en nuestras casas Champagnat (de Loma Bonita y de Chuburná). ¡Qué regalo volver a estar juntos, escucharnos y compartir!

En segundo lugar, agradezco a Lalo, a Eréndira y su súper equipo del Spacio LaValla. Valoramos, honramos y agradecemos su tiempo, su persona, su dedicación y sus muchas atenciones (en las comidas, incluida una sabrosa carne asada, la limpieza de los espacios y mil detalles de chiqueo).

Después, nuestra hermana Juana Ángeles Zárate, Carmelita del Sagrado Corazón, que con fuerza, ternura y claridad, nos confrontó e invitó a valorar nuestra vocación de hermanos; a abrazar nuestra vulnerabilidad para vivirla, como fuente de hermandad y de motivación para dar lo mejor de nosotros mismos; a descubrir las llamadas de Jesús, escuchando el clamor del pueblo.


El otro acompañante fue nuestro hermano LuisFelipeGonzález, Provincial de México Central; que con sencillez y disponibilidad, nos acompañó dos días. Igual nos confrontó y nos invitó a tejer comunión sirviendo y dialogando; a abandonar nuestras maneras infantiles de estar; a cuestionar estructuras y tradiciones, pues la fidelidad no es venerar unas cenizas, sino custodiar y avivar un fuego; a hablar con el interesado, no a sus espaldas; a soltar nuestro clericalismo y aceptar que ser laica/o no es una vocación inferior, que no son colaboradores, sino protagonistas.


Las comunidades de Aguascalientes, Tepic, Ciudad Juárez y Cocula, animaron los tres momentos de oración que teníamos cada día. En la eucaristía del miércoles, agradecimos la vida de nuestro hermano Erasmo Alba, que se fue al cielo en este año. Y el jueves, junto con Víctor Franco, renovamos nuestra consagración.


Mónica, Fer y Frank, de nuestro equipo provincial de comunicación, estuvieron muy activos para compartir con nuestras casas Champagnat las pláticas de la mañana y de la tarde. Igualmente, transmitieron en las redes la misa de nuestros jubilares.


Juanjo, Manuel Villalobos, David Castillo y Víctor Franco que abrieron el corazón y nos respondieron: ¿por qué quieren ser hermanos hoy? ¿qué les mueve hoy a seguirlo intentando? ¿qué les mueve a seguir invitando a otras/os a vivir esta pasión? La constante de sus cuatro compartires es: porque son mis hermanos, me arriesgo.


Un extraordinario equipo que soñó, planeó, implementó, acompañó, evaluó todo el evento y cada día en particular. David Castillo, Lalo Brondo, K’ry, Héctor Dessavre, Luis Enrique, Pau Mestas y Enrique: su persona, su disponibilidad, su creatividad, su apertura y flexibilidad.


El último día, Rubén Nava, esperando ser instrumento, “me invitó a cuidarme y a cuidar mi comunidad para poder contagiar; a ser adulto y no vivir esperando que me resuelvan la vida; a aceptar mi vulnerabilidad que me hermana con mis hermanos y con los más vulnerables; a confiar, que aunque las cosas no cambien, puedo intentar cambiar mi forma de vivir”.


Cerramos con broche de oro agradeciendo la fidelidad de Mauricio Guerrero, Eliseo López, Rach Herrera, Francisco Casanova, Aureliano Brambila, Juan Frías, Chato Espinoza, Manuel Hernández Gaona, Humberto Álvarez y Javier Toral. Hermanos, en la sencillez de su vida, no gritan que sí es posible reavivar el fuego cada día.

¿Por qué este tema? Estamos viviendo el año de las vocaciones, invitados a cuidar la vida y a generarla; en el equipo, esa fue nuestra intención: reavivar el fuego de la hermandad, en lo más íntimo de nuestro ser, que los hermanos queramos poner nuestra parte en este caminar, pequeña y valiosa.


Otra vez hoy, ¡quiero volver a intentar ser tu hermano!

H. Enrique Escobar

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