POR: H. Enrique Escobar
![](https://static.wixstatic.com/media/6505b9_3d3aaf61a3c448688109af7f554c58eb~mv2.png/v1/fill/w_49,h_39,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,blur_2,enc_auto/6505b9_3d3aaf61a3c448688109af7f554c58eb~mv2.png)
Hemos empezado a caminar de otra manera y lo agradezco.
Cuando escucho la invitación a participar en una asamblea interprovincial, brinca en lo hondo de mi ser esta pregunta: ¿de qué se trata? ¿de acercarnos? ¿de estrechar nuestros caminos y espacios de cooperación? ¿de asociarnos o de plano, de fusionarnos?
He disfrutado mucho este espacio de encuentro y de escucha abierta. Descubrir que nos dimos permiso de estar presentes, que queremos reaprender la hermandad, que intentamos abrirnos a buscar juntos, a escucharnos, que no negamos nuestros miedos y resistencias.
Me da esperanza descubrir que nuestra preocupación central es nuestra VITALIDAD como hermanos; suceda lo que suceda, decidamos lo que decidamos, no es negociable, renovar nuestra opción por vivir lo que nos dé vida.
Solo si me siento vivo y pleno, podré aportar a lo que Mamá, Papá, Buen Dios nos está pidiendo en este momento de nuestro México y de nuestro México Marista. Y solo podré hacerlo, si acepto que “no puedo solo”.
No hay todavía un escenario claro, pero empezamos a abrirnos a buscar algo nuevo ¡sigamos
dialogando! Quiero seguir nutriendo mi ser aprendiz de la compasión y la esperanza, mis ganas de ser profeta de la hermandad, mi opción por ser buscador junto con NNAJ y por ser testigo alegre y cercano a las/os maristas de Champagnat.
Que la confianza de unos expertos en pesca, que no pescaron nada durante toda la noche, nos ayude a decirle a Jesús: a tu tiempo y a tu modo. Es su obra.