POR: H. LALO BRONDO, fms
REVISTA VOCES DE PROVINCIA \ BLOG III | VOZ EXPERTA
Acompañar en la búsqueda de la vocación del laico Marista
En la experiencia de compartir la vida y el carisma con tantas personas que Dios pone en mi camino marista existe un calor fraterno y un reconocimiento de un llamado especial para que el sueño de Champagnat siga presente en las obras apostólicas de nuestra Provincia Marista de México Occidental.
En mis 30 años de vida como hermanito de María la convivencia con laicos maristas: afiliados, fraternos de la Familia Marista, colaboradores en escuelas, voluntarios en la Sierra Tarahumara, exalumnos y padres de familia maristas… todos ellos me han enriquecido y fortalecido el carisma y la espiritualidad que San Marcelino recibió del Espíritu de Jesús: educar y formar a los niños y jóvenes más pobres al estilo de María.
La oportunidad y bendición de acompañar en estos dos años la Animación de la Vocación Laical dentro del Núcleo de Carisma y Vida Marista de nuestra provincia ha suscitado en mi corazón una gran esperanza y compromiso para seguir ayudando a tantos laicos maristas que desean conocer, compartir y comprometerse en la misión y vida marista dentro de nuestras obras y fuera de ellas.
Este itinerario de búsqueda vocacional que deseamos se comprenda mejor y se profundice más como un proceso interior de discernimiento y el término usado de “maristización” que por décadas se ha tenido con tantos hermanos y laicos formando a nuestros colaboradores en las obras educativas, pase de ser un requisito o obligación para quienes laboran en las obras a ser una opción y compromiso para toda persona que en su corazón siente que lo marista es inspiración y ruta de vida para el servicio a los demás a ejemplo de San Marcelino en todo lugar donde estemos.
Otro apunte importante para compartir es la gran riqueza de la experiencia comunitaria en los encuentros formativos tenidos para la Animación de la Vocación Laical Marista. Sin duda es un paso del Espíritu que va guiando y suscitando mayor empuje para descubrir lo que Champagnat nos repetía: “ojalá se pueda decir de los maristas… Miren como se aman”. Tanta vida marista y tanto cariño entre los maristas de Champagnat irá a los hogares y obras de quienes quieren responder a ese llamado que el Espíritu quiere para este siglo XXI: “Que seamos el rostro materno de nuestra Iglesia y los hogares de luz y lugares seguros para nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes”.
Quedan todavía retos por superar y llegar a las estructuras y formas de vinculación en nuestra provincia así como los equipos de formación y acompañamiento para tantas personas que quieren ser maristas de Champagnat comprometidos pero esta llamada es del Espíritu y nos toca dejarnos guiar, escuchar en nuestro interior y responder audazmente… El Señor es quien construye la casa…. Nosotros sus siervos que deseamos hacer su voluntad. ¡A seguir caminando al soplo del Espíritu RUAH!
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